miércoles, 29 de septiembre de 2010

Viaje al tiempo en el tiempo

Viajamos al tiempo del mito, cuando el tiempo no es tiempo, sino eternidad. El mito nos habla de aquello que nunca existió, pero que siempre será. Salimos del tiempo histórico, nuestro tiempo, preñado de prisas y proyectos, de sueños como el progreso y reacciones malsanas como todos los totalitarismos que en el mundo han sido, siempre construidos sobre la alienación y la sangre, sobre la torpeza y la estupidez. El viaje a Grecia es el viaje. La vida es el viaje. Al origen, al manantial de la sabiduría, al tiempo mítico donde respira el mundo. Contemplamos la belleza, la proporción, la razón, pero también la miseria, el dolor, la ignorancia. El bien y el mal. La replandeciente Acrópolis y la vecindad mugrienta de Omonia, viejo destino de la Armonía. Nos embriaganmos de vida en Plaka, calles Pandrosu y Adrianous, pletóricas de gestos y risa, plaza de  Monastirakis, donde resplandecen todos los blancos y los azules, colores de esta tierra, donde resuenan todos los ecos de su memoria mítica. Medida y embriaguez. El mito en carne viva, no la historia, ruinosa siempre.

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